Los dispositivos de ensayo y medición deben calibrarse con regularidad para garantizar que sigan realizando su trabajo correctamente.
La seguridad y el cumplimiento de las normas industriales, como las impuestas por la FDA en Estados Unidos, son razones obvias para mantener calibrados los instrumentos de ensayo y medición. Sin embargo, a medida que aumentan las exigencias tecnológicas y se incrementan los costes de fabricación, las pruebas y mediciones de mayor precisión pasan del laboratorio de calibración a la planta de producción.
Los dispositivos de prueba y medición que se fabricaron dentro de las especificaciones pueden deteriorarse con el tiempo debido al paso del tiempo, el calor, la intemperie, la corrosión, la exposición a sobretensiones electrónicas, los daños accidentales y otros factores. Incluso los mejores instrumentos de prueba y medición pueden presentar imperfecciones de fabricación, ruido aleatorio y desviaciones a largo plazo que pueden provocar errores de medición. Estos errores, como una desviación de unos pocos milivoltios o grados, pueden propagarse a los productos o procesos sometidos a prueba, con la posibilidad de rechazar falsamente una unidad o un resultado buenos o de aceptar falsamente una unidad o un resultado malos.
Garantizar que los equipos de ensayo y medición tienen la precisión suficiente para verificar las especificaciones de los productos o procesos es necesario para confiar en los resultados de los experimentos científicos y basarse en ellos, garantizar la correcta fabricación de bienes o productos y llevar a cabo un comercio justo a través de las fronteras de los países.
Un calibrador puede desviarse o desgastarse de las tolerancias de calibración con el paso del tiempo, por lo que es necesario calibrarlo periódicamente. Normalmente, siguiendo la regla de la relación mínima 4:1, los calibradores se calibran periódicamente mediante patrones de referencia más precisos. Este proceso continúa a lo largo de toda la pirámide de trazabilidad de la calibración hasta llegar a los patrones de calibración más precisos mantenidos por un Instituto Nacional de Metrología.
La calibración periódica suele considerarse una inversión empresarial inteligente con un elevado retorno de la inversión (ROI). La calibración elimina el despilfarro en la producción, como las retiradas necesarias por producir cosas fuera de las tolerancias de diseño. La calibración también ayuda a identificar y reparar o sustituir componentes del sistema de fabricación antes de que fallen, evitando costosos tiempos de inactividad en una fábrica. La calibración evita los costes directos e indirectos de distribuir productos defectuosos a los consumidores. Con la calibración, los costes se reducen al tiempo que aumentan la seguridad y la calidad.
Es importante señalar que tanto la precisión como el coste de la calibración disminuyen normalmente a medida que se desciende en la pirámide de calibración. Es posible que en una planta de fabricación se necesiten precisiones de menor nivel que en un laboratorio primario. El retorno de la inversión se maximiza eligiendo una calibración que se ajuste a la precisión necesaria.